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«A diferencia de las encuestas, en las redes está la opinión real de la gente»

El proyecto Telepares analiza comentarios para orientar decisiones de empresas

Vigo / la voz, 28 de julio de 2016. Actualizado a las 05:00 h. 0

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Comprender el sentido real que se oculta tras los millones de opiniones publicadas cada día en las redes sociales es a lo que se dedica el proyecto Telepares. Participan en él las tres universidades gallegas. Al frente de este proyecto están los catedráticos Manuel Vilarés y Elena Sánchez, del Grupo de Compiladores y Lenguajes de la Universidad de Vigo.

-¿En qué consiste esta iniciativa?

-Se trata de un entorno informático diseñado para evaluar la opinión que expresa un interlocutor sobre un tema específico en las redes disponibles en Internet. Por lo tanto, es útil para sondear lo que opina un colectivo de personas.

-¿Cuál es la idea que sirve de impulso al nacimiento de este proyecto?

-Existe un problema del que todos somos conscientes: en los últimos veinte años hemos pasado de manejar en la vida diaria una cantidad de información aparentemente limitada, a acceder de forma inmediata a magnitudes ingentes de datos. A día de hoy hay millones de nuevos oráculos activos de forma continua. Por ejemplo, cada usuario de Internet que tiene acceso a redes sociales como Twitter, blogs, Facebook, genera información susceptible de ser de interés. Este salto dimensional, en la creación y acceso de información, hace que el factor humano no sea suficiente para su análisis, por lo que la idea de disponer de un sistema automatizado que al menos pueda organizar y filtrar toda esa información, es bienvenida.

-¿Qué diferencia este sistema de una encuesta clásica?

-La gente cuando responde a una encuesta se suele retraer y contestar de maneras que considera políticamente correctas. Sin embargo, en las redes sociales está la opinión real y sin control de las personas, cuentan todo lo que piensan. Existe un sentimiento de impunidad y libertad en Internet que permite que las personas digan cosas que no se atreverían a decir en público. Incluso creen que porque no son importantes socialmente, su opinión no le importa a nadie. Pero no es así, todas las opiniones cuentan a la hora de saber si un producto funciona o no, por ejemplo. Esta sinceridad y disponibilidad de las opiniones son de gran interés en la toma de decisiones, tanto para las empresas como para las administraciones. Es el fin práctico de este área de investigación, que se denomina minería de opiniones o también análisis del sentimiento.

-¿Cómo sabe el sistema si la opinión de una persona es válida o no?

-La cuestión básica es la enorme complejidad de los lenguajes humanos. Las opiniones no surgen de hoy para mañana, existe un trasfondo que poco a poco se va desvelando cada vez que nos comunicamos. Esto, unido al contexto en que se realice el juicio de valor, nos da información sobre la veracidad del mensaje, por lo que el sistema diferencia los tipos de opiniones al igual que hacemos nosotros. No es lo mismo que sobre energía cuántica hable un científico experto, que una persona que se dedica a otro oficio. Un mensaje tendrá más valor a nivel informativo que otro.

-¿Las opiniones que analiza son en algún idioma en concreto?

-Sí, nos centramos en el gallego por su cercanía y en el español por su proyección. Pero la filosofía es común a cualquier lengua.

«Nuestra contribución es incluir el contexto semántico y sintáctico»

El proyecto Telepares es el fruto de más de veinte años de trabajo en estos tres grupos de investigación, resultado de la integración de esfuerzos de ingenieros, lingüistas y matemáticos.

-Existen ya programas que pueden filtrar las valoraciones de un público para saber cuál es la opinión general, ¿en que se diferencia Telepares?

-Sí, ese tipo de sistemas llevan funcionando a nivel comercial desde hace poco más de seis años. La diferencia es que Telepares analiza las expresiones de las personas a un nivel de profundidad que no se había conseguido hasta ahora. Muchas veces lo que ocurre es que el sistema se queda a nivel léxico y con eso no se llega muy lejos para comprender el sentido total de cada opinión. Sencillamente, porque las personas no hablamos con palabras sueltas, sino que las relacionamos y creamos frases con sentido. Nuestra contribución es haber añadido el contexto semántico y sintáctico, lo que de alguna forma es el alma, a las expresiones.

-¿Qué ocurre en casos en los que se habla con ironía o condicionales? ¿Cómo distingue que un adjetivo positivo está siendo usado con el sentido opuesto?

-Pues simplemente analizando la expresión. Aplicamos tres capas de análisis: léxico para identificar las palabras, sintáctico para ligarlas de forma correcta y semántico para determinar sus relaciones conceptuales. No es fácil y no siempre es posible porque el sentido de una misma frase puede evolucionar con el tiempo. Expresiones que hace unos años eran aceptables, ahora son de mal gusto. A esto debemos sumar la continua llegada de nuevos términos y expresiones, pensemos por ejemplo, en los emoticonos o en las frases hechas que cada año se incorporan a nuestro uso cotidiano.

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